La elección de Alberobello como sede del espectáculo fue un golpe de genio. Este sitio del Patrimonio Mundial de la UNESCO es famoso por sus edificios de piedra con techo de cono, conocidos como trulli, que datan del siglo 14. Mientras Venus Williams, Christian Bale, Erling Haaland y otros estimados invitados se maravillaban con el encanto de la ciudad, se vieron envueltos en un ambiente que celebraba la autenticidad y la rica historia de Italia.
El compromiso de Dolce & Gabbana de retratar la realidad fue evidente desde el principio. Los artesanos locales se alinearon en las calles, participando en tradiciones milenarias como hacer pasta orecchiette a mano, tejer cestas de paja y tallar juguetes para niños con hojas de cactus. Los diseñadores incorporaron estos elementos a su colección, inspirándose en la artesanía y el patrimonio de la región.
Cuando comenzó el espectáculo, la pasarela presentó una cautivadora variedad de diseños que fusionaron la estética tradicional italiana con el estilo característico de Dolce & Gabbana. El primer modelo apareció con un sombrero de paja vidriada de gran tamaño, que recordaba la forma cónica del trulli. Los corsés de tejido de cesta y los conjuntos de lencería hechos de ganchillo mostraron el guiño de los diseñadores a la artesanía local. Las piezas más llamativas presentaban intarsias de varias telas, representando intrincadamente las calles montañosas y la arquitectura única de Alberobello. Una creación particularmente notable fue una capa de marfil tejida con tiras de seda duquesa y mikado, un testimonio de la exquisita atención al detalle de los diseñadores.
Si bien los eventos Alta Moda de Dolce & Gabbana son conocidos por su opulencia, la colección de este año exhibió una simplicidad refrescante. La ausencia de adornos excesivos y telas extravagantes marcó una desviación de sus ofertas anteriores hechas a medida. En cambio, los diseñadores optaron por un tul más suave y etéreo y encaje transparente, creando siluetas sensuales que exudaban feminidad y gracia. Una pieza destacada fue el vestido deslizante, hábilmente remendado con muestras geométricas de encaje, abrazando el cuerpo antes de fluir con gracia hacia un pequeño tren. Estos diseños, aunque innegablemente sexys, evocaron una sensualidad más discreta, destacando la capacidad de los diseñadores para reinventar su estilo característico.
En un guiño a sus raíces, Dolce & Gabbana puntuó los looks femeninos con chaquetas de fumar bordadas de corte masculino y esmoquin. Este juego de rol en la pasarela se remonta a los primeros días de la marca, enfatizando su fuerte herencia italiana. La yuxtaposición de elementos femeninos y masculinos mostró la versatilidad de los diseñadores y agregó una dimensión intrigante a la colección.
Cuando concluyó el desfile de moda de Alta Moda Dolce & Gabbana Otoño Invierno 2023-2024, estaba claro que los diseñadores habían entregado con éxito una auténtica narrativa italiana. Su capacidad para combinar el rico patrimonio cultural con su propio estilo único fue evidente en cada pieza cuidadosamente elaborada. Con esta colección, Dolce & Gabbana nos transportó a un lugar donde la tradición se encuentra con la innovación, y la realidad se entrelaza con la imaginación. El legado de la marca como institución italiana sigue siendo inquebrantable, y este espectáculo reafirmó su posición como pioneros en la industria de la moda.