Casablanca es el nombre de la colección que la firma presentará, una historia que evoca una travesía mágica y seductora desde esta mítica ciudad marroquí, hasta el desierto del Sahara. En esta oportunidad, Andrés y Felipe, los directores creativos de la marca, imaginaron un viaje a través de Marruecos, un recorrido inspirador influenciado por el bagaje cultural árabe, la arquitectura francesa de principio del siglo XX y la geografía exuberante del desierto. Una historia que plasma la fascinación de la firma por las calles, las casas, los colores, la iconografía, los atardeceres y los paisajes de una región llena de mística y encanto.
Así las cosas, al momento de diseñar la colección, imaginaron a la mujer Andrés Pajón recorriendo en la noche una tradicional calle de Casablanca o caminando en las dunas del desierto del Sahara mientras atardece. Una travesía de moda contada a través de una pasarela de cuarenta y cuatro salidas, que configuran el armario de una mujer que viaja por Marruecos y se mezcla con el misticismo de la cultura del lugar. Sus trajes, blusas y faldas, develan una paleta de color alineada a los escenarios que visita; aparecen entonces los tonos rojizos como el vino y el escarlata, los cuales transitan a los colores tierra y arena, para finalmente darle paso al crema, al dorado y al negro, colores que en esta colección representan la llegada de la noche en medio del desierto.
Casablanca se caracteriza por siluetas fluidas, en su mayoría, elaboradas en sedas de diferentes composiciones. Algunos de los diseños fueron intervenidos con plumas y recamados de cristales de la India y, los corpiños fueron drapeados sobre el gabarí. Así mismo, un segmento de las prendas fueron estampadas con prints inspirados en mosaicos árabes y editoriales de moda realizadas en Marruecos durante la década del sesenta; estas grafías fueron realizadas de manera exclusiva para la firma por la ilustradora Barbara Wiesner Peroni. La joyería, también inspirada en la iconografía árabe, estuvo a cargo de Álvaro Ávila, quien realizó aretes, brazaletes, collares y broches, hechos y pintados a mano. Por su parte, la diseñadora Patricia Mejía tuvo a cargo todo el calzado de la colección.