Con su colección “Mirror, Mirror”, Alexis Mabille celebró las innumerables posibilidades que ofrece a las mujeres gracias a la ropa y el maquillaje, permitiéndoles cambiar de personalidad a voluntad. “Es una oportunidad para una mujer, tienes una paleta tan grande con la que puedes jugar, puedes ser actriz si quieres, o simplemente puedes ser tú y sensible”, dijo en el backstage después de su show. “La idea era trabajar la intimidad, cuando te hablas a ti mismo todas las mañanas, y trazar paralelismos con la alta costura, moldear el cuerpo, usar colores, líneas para que coincidan con una personalidad, y lo mismo ocurre con el maquillaje”, dijo.
Desviándose de su paleta habitual de tonos joya brillantes, su registro era una muestra de marfil, rosa ballet, beige, bronce moiré y marrón, con toques de negro y rojo, y mucho brillo.
En los diseños más literales, los labios escarlata brillantes estaban bordados en la parte delantera de un vestido tubo de cuello alto. Un segundo número de camiseta presentaba un solo ojo y una ceja que ensombrecían la forma de su escote asimétrico.
Dio forma al crepé y al satén con su habitual facilidad para formar vestidos de esmoquin con elaborados detalles en el cuello o voluminosas capas como esculturas con el cuerpo femenino como armazón. Otros looks tenían mangas abullonadas en tafetán graduado o delicadas incrustaciones de encaje.
La paleta de colores sobria dejaba mucho espacio para ir a la ciudad con adornos, ya fueran bordados tono sobre tono, las lentejuelas de un catsuit, las plumas de avestruz que adornan un voluminoso négligée o los detalles de lazo gigante que son la firma de Mabille, pero que habían estado menos presentes en sus salidas más recientes.