La colección Otoño-Invierno 2024-2025 de Dauphinette, presentada en la Semana de la Moda de Nueva York, no era para los débiles de corazón. En cambio, fue una exploración cautivadora del maximalismo audaz, desafiando las expectativas y celebrando la individualidad a través de adornos opulentos y accesorios poco convencionales.
Inspirándose en el poema de Margaret Atwood sobre la devastación artística y en la canción rebelde de 3OH!3 “Don’t Trust Me”, la diseñadora Olivia Cheng orquestó una sinfonía sartorial que superó los límites del lujo tradicional. Los cristales caían en cascada como gotas de candelabro vintage sobre un abrigo de piel de cordero, mientras que los vestidos rojos de los bomberos lucían un ejército de adornos de escarabajos iridiscentes. Los imperdibles, a menudo relegados a tareas utilitarias, encontraron nueva vida como adornos rebeldes en delicadas camisas de organza de seda.
La visión maximalista de Cheng se extendió más allá de las prendas. Los accesorios divertidos, como una bolsa de fútbol adornada con cuentas de vidrio vintage y un bolso shopper “prosciutto” confeccionado con cuero sostenible de caparazón de camarón, sirvieron como temas de conversación, desafiando las percepciones de los materiales de alta costura. Incluso las gafas y los peinados se unieron a la narrativa, con tenedores transformados en gafas vanguardistas y cristales tejidos en trenzas, añadiendo un toque inesperado a los elementos clásicos.
La colección culminó con un final espectacular: una capa de cachemira carmesí adornada con pedrería brillante y estampada con la desafiante declaración “Bad to the Bone”. Fue una declaración poderosa, que refleja el mensaje central de la colección de autoexpresión e individualidad sin complejos.