La Semana de la Moda N57 de São Paulo fue testigo de un momento revolucionario cuando el renombrado sastre de moda masculina Igor Dadona entró en el ámbito de la moda femenina y presentó su esperada colección ‘Hourglass’. La transición, impulsada por las fervientes peticiones de los admiradores de su oficio que buscaban una fusión de la adaptación del cuerpo y el estilo, marcó un cambio fundamental en el viaje de diseño de Dadona.
La sofisticación característica de Dadona en la moda masculina trascendió a la perfección en su línea femenina debut, con una ingeniosa interacción entre los dos géneros evidente en todo el escaparate. La pasarela cobró vida con una danza simbiótica de elementos masculinos y femeninos, cautivando al público desde el primer conjunto.
El desfile comenzó con una sorprendente yuxtaposición, ya que los pantalones de sastre de pierna ancha combinados con un top drapeado tipo bufanda para mujeres reflejaban los intrincados detalles que adornan un blazer para hombre. Los paralelismos continuaron desarrollándose, con piezas seleccionadas que exhibían un parecido notable entre las iteraciones masculinas y femeninas. Entre ellas destaca la camisa de patchwork de seda, adornada con vibrantes cuadros, que resonaba a la perfección en ambos ámbitos.
El ingenio de Dadona brilló mientras jugaba juguetonamente con los patrones de sastrería tradicionales, mezclando a la perfección rayas diplomáticas con cuadros en una exhibición fascinante. Un mono masculino y un vestido femenino adornado con una fusión de pata de gallo y cuadros a cuadros ejemplificaban su dominio de este arte.
Haciendo la transición hacia una estética más oscura y opulenta, la colección adoptó una paleta de tonos ricos y texturas lujosas. Las telas brillaron con un toque de luminosidad, acentuado por bordados de cristal meticulosamente colocados. Un tejido de satén acolchado surgió como un motivo recurrente, cubriendo elegantemente vestidos y chaquetas por igual, dando un aire de sofisticación real a los conjuntos.
La ropa de noche ocupó un lugar central a medida que avanzaba el desfile, con camisas de esmoquin con detalles de jabot desplazados y un dúo de mangas adicionales atadas alrededor de la cintura. Este toque vanguardista, que se repitió en una camisa a rayas azules y blancas, subrayó el compromiso de Dadona de superar los límites independientemente de las normas de género.