Sandy Liang miró al pasado para el otoño de 2025, inspirándose en la emoción de un Toys “R” Us de los 90 y los queridos juguetes de esa época: Polly Pockets, Furbies y Tamagotchis. El resultado fue una colección impregnada de nostalgia lúdica, reinterpretada a través de la estética femenina del centro de Liang.
“Es solo esta idea de nunca poder volver a esa tienda física y recordar cómo se sintió al entrar, elegir su juguete favorito y rogarle a sus padres por algo”, explicó Liang. Autoproclamada coleccionista de recuerdos de la infancia, canalizó esos elementos sentimentales en piezas kitsch pero ponibles. Los suéteres presentaban mini suéteres tridimensionales, las minifaldas estaban adornadas con flecos similares al confeti y las chaquetas venían decoradas con lazos de regalo de gran tamaño.
La alineación de esta temporada equilibró la fantasía con los códigos establecidos de Liang. Los vestidos de seda de lunares, el denim con ribetes de piel y las faldas metálicas abrazaban un encanto juvenil, mientras que las técnicas de superposición (pijamas infantiles debajo de minivestidos, prendas de abrigo de color rosa chicle y estampados divertidos) evocaban una sensación de disfraces. Elementos más arraigados, como las prendas de punto y las faldas midi, atenuaron el toque sacarino de la colección, manteniéndola relevante para la chica de ciudad que Liang siempre ha tenido en mente.
Con esta colección, Liang se apoyó aún más en sus influencias nostálgicas, ofreciendo una versión fresca y caprichosa de su mezcla característica de feminidad y frescura del centro de la ciudad.