Alix Higgins regresó a la Semana de la Moda de Australia con una colección Resort 2026 que difuminó la línea entre el pasado y el futuro, la memoria y la imaginación. El local de Carriageworks, típicamente austero, se transformó a través de una instalación en el suelo que se asemeja a una alfombra vintage, cosida con poesía y los nombres de los amigos del diseñador. El gesto marcó la pauta de una colección basada en la intimidad, la historia personal y la experiencia compartida.
Las prendas en sí mismas reflejaban una interacción distintiva entre las influencias folclóricas y la estética especulativa. Las referencias surrealistas, extraídas en parte del cine de terror popular, se equilibraban con una sensibilidad lúdica, casi fantástica. El título de la colección, The Needle, apuntaba a un enfoque renovado en la artesanía y los detalles. El bordado, introducido en el trabajo de Higgins por primera vez bajo su marca, apareció en piezas selectas, lo que indica una nueva dirección en el desarrollo técnico.
Las siluetas se mantuvieron fluidas y sin restricciones de género, una firma del enfoque del diseñador. Un vestido de dos tonos y accesorios con un estampado de “piel” evolucionado fueron usados por modelos de todos los géneros, afirmando el espíritu inclusivo de la marca. Las camisas adornadas con campanas de latón agregaron sonido y textura a la presentación, correspondiendo con una banda sonora personalizada creada en colaboración con amigos, lo que refuerza el enfoque de la colección en la comunidad y el parentesco creativo.
Los looks más destacados incluyeron una blusa morada estructurada pero etérea adornada con apliques de puntos tridimensionales y texto en letras mayúsculas, evocando tanto las tradiciones folclóricas como el simbolismo de la era digital. Estos motivos híbridos ejemplifican la doble sensibilidad de Higgins: arraigada en la narrativa personal y con visión de futuro en la técnica y la forma.
Los tops anteriores del diseñador, inspirados en el ciberespacio, con cordones de neón, reaparecieron en formas actualizadas, lo que indica la continuidad con las colecciones anteriores y sugiere evolución. Un territorio más experimental emergió en los looks finales: dos vestidos de red confeccionados con tiras de tela multicolor y blancas. Estas prendas se inspiraron en la artesanía y las tradiciones de la infancia, haciéndose eco de las cintas de palo de mayo al tiempo que incorporaban materiales poco convencionales como cremalleras y restos de tela.
La colección Resort 2026 de Alix Higgins fue una meditación sobre la memoria, el crecimiento y la autoexpresión, presentada a través de textiles que fusionaron la artesanía con el concepto. Marcó una progresión reflexiva en el trabajo del diseñador, una que mantuvo el trasfondo emotivo de su marca al tiempo que avanzaba en su sofisticación material y visual.