Ronald van der Kemp presentó su colección de Alta Costura Otoño-Invierno 2025-2026, acertadamente titulada “Call of the Wild”, durante la Semana de la Alta Costura de París. En un mundo que se enfrenta a numerosos desafíos, la colección surgió como un sincero homenaje a la naturaleza, inspirándose especialmente en la selva amazónica. Esta temporada también marcó una notable colaboración con la musa de larga data y artista brasileña Thayna Caiçara en varios looks iniciales. Un aspecto significativo de esta colección fue su compromiso con la sostenibilidad. Muchas piezas fueron meticulosamente hechas a mano por un colectivo de artesanos indígenas en Brasil, utilizando únicamente material muerto o reciclado. Este enfoque subrayó el espíritu pionero de RVDK en la promoción de la moda respetuosa con el medio ambiente. La colección se abrió con diseños que jugaban magistralmente con la percepción. Los vestidos que inicialmente parecían ser hojas de palma naturales eran, de hecho, tela plisada “reinventada”, ingeniosamente superpuesta con pintura, unión, bordados y abalorios para crear un llamativo efecto de trampantojo.
La gama de looks mostró un fascinante juego de texturas y siluetas. Los diseños variaron desde mezclas de texturas ricas y salvajes hasta formas que recuerdan la elegancia zorra de la década de 1940, caracterizadas por hombros estructurados y sofisticados detalles peplum. Las combinaciones de tejidos eran atrevidas y eclécticas, con lunares junto a rayas y pata de gallo, y brocados yuxtapuestos con cuero y encaje. Otras prendas estaban adornadas con pájaros escultóricos y alas de insectos, creando la ilusión de un vuelo inminente. Sin embargo, a pesar de estos elementos fantásticos, la colección mantuvo su sofisticada identidad de alta costura, sin desviarse nunca hacia el ámbito del vestuario. Un abrigo vibrante, por ejemplo, fue ingeniosamente elaborado a partir de retazos de tela enviados al atelier de Ámsterdam en lo que eran esencialmente “bolsas de basura” de un amigo en Londres. Otra pieza innovadora, una chaqueta urbana hecha de tecno-tafetán, presentaba capas de bolsillos tipo bolsa que inesperadamente formaban un peplum moderno.
Más allá de su arte visual, la colección de van der Kemp transmitió un profundo mensaje sobre la responsabilidad de la moda con el planeta. Todo su espíritu de upcycling se basa en el principio de trabajar exclusivamente con materiales existentes, abogando por un cambio sistémico dentro de la industria. Defiende la idea de que la transformación debe venir desde dentro y anima a los diseñadores emergentes a adoptar prácticas sostenibles. Van der Kemp expresó su esperanza de que su modelo de negocio único demuestre la viabilidad de que la moda prospere fuera del sistema convencional, intensivo en recursos y extractivo. Después de una década, su negocio de alta costura es un testimonio de esta posibilidad, demostrando que un enfoque sostenible no solo puede existir, sino también florecer. La colección “waste-not, want-not” mostró una notable precisión en cada pieza. A través de esta colección, van der Kemp nos recordó poderosamente que hay “Amazonas” más allá del ámbito digital que merecen igualmente nuestra atención y cuidado. Sus diseños subrayaron bellamente la creencia de que la belleza puede ser un poderoso vehículo para llegar e inspirar a las personas.