Para celebrar el 25 aniversario de su marca homónima, Lee Mathews presentó su colección Resort 2026 en la Semana de la Moda de Australia con un desfile que subrayó la estética perdurable de la marca. La colección reafirmó el dominio de Mathews de siluetas que equilibran la feminidad con la fuerza, prendas que son suaves en material pero nunca frágiles en intención.
Una mezcla distintiva de volumen arquitectónico y fluidez definió la línea, con énfasis en prendas que se movían con gracia por la pasarela. Las maxifaldas largas y las blusas de gasa ofrecían una versión reinventada de los elementos utilitarios, haciendo referencia sutilmente a la ropa deportiva como las chaquetas de chándal y los pantalones cortos, pero representados aquí en tejidos etéreos y suavemente estructurados.
Uno de los temas clave de esta temporada fue la textura, tanto visual como táctil. Los algodones ligeros y los linos vaporosos dieron a muchos de los looks una elegancia relajada, realzada por su movimiento natural. Las blusas de línea A, las faldas amplias y los vestidos asimétricos se diseñaron para balancearse, ondear o rebotar con cada paso, lo que destaca la sensibilidad del diseñador sobre cómo las prendas interactúan con el cuerpo en movimiento.
Una colaboración creativa con la artista Nina Walton introdujo textiles expresivos pintados a mano a la colección. Los cuadros pictóricos y los lunares abstractos de Walton aparecieron en varias piezas, sobre todo en un vestido fruncido de un solo hombro que mostraba la interacción entre la forma y el estampado. Estos textiles añadieron una cualidad personal, casi meditativa, a la paleta de colores, que de otro modo sería mínima.
Otra colaboración, esta vez con la diseñadora Renata Brenha, aportó una nueva interpretación a las faldas de aro. En lugar de sentirse históricos o performativos, se reelaboraron en formas esculturales pero ponibles. Los fundamentos estructurales de las prendas tradicionales se reinventaron como elementos de diseño visibles, dando a las piezas una relevancia contemporánea.
Un elemento llamativo en toda la colección fue la abundancia de prendas blancas y blanquecinas. Muchos de estos diseños conservaron la apariencia de toiles, las versiones preliminares de las piezas terminadas, enfatizando el proceso y el material en su estado bruto. Esta elección reforzó una sensación de claridad y moderación, permitiendo que la forma, el tejido y la artesanía tuvieran prioridad.
La oferta de Lee Mathews Resort 2026 fue un estudio reflexivo en equilibrio: entre herencia y experimentación, delicadeza y resistencia, simplicidad y profundidad. Con motivo de los 25 años de diseño, la colección miró tanto hacia adentro como hacia adelante, reafirmando la posición de la marca como una fuerza silenciosa en la moda australiana.