Alexandre Mattiussi aportó su realismo y facilidad característicos a la colección Otoño-Invierno 2025-2026 de Ami, presentada en una oficina de correos desgastada que exudaba un encanto malhumorado. Acompañado por la conmovedora banda sonora de saxofón de Caleb Arredondo, el espectáculo fue una clase magistral de elegancia sin esfuerzo y sofisticación fundamentada.
Los básicos de Ami ocuparon un lugar central, reafirmando los valores fundamentales de la marca. Las prendas de abrigo de sastrería oversize presentaban gabardina de doble cara con parches de seda tonal con bordes sin rematar en las solapas, logrando un equilibrio entre estructura y suavidad. Los trajes holgados para hombres y mujeres venían en pantalones anchos e inclinados, con estilos armoniosos y rotos intencionalmente. Mientras tanto, la ropa de trabajo refinada apareció en conjuntos de blusas de lana tejida estampada y camisas de lana de gran tamaño, abrazando una rugosidad estudiada que resonaba con la atmósfera bellamente decrépita del espacio.
Los acentos estacionales le dieron una nueva perspectiva. Las camisas de algodón con bufandas integradas reflejaban los paseos en bicicleta eléctrica de Mattiussi por París, invocando una estética vaquera moderna. Los baberos de seda adornaban las camisas pastel con cuellos convencionales, haciéndose eco de los detalles de seda en las prendas de abrigo. Una subtrama de borreguito desgreñado surgió en cuellos de parka para hombres y abrigos largos y cortos peludos para mujeres, con el abrigo más largo complementado por el nuevo bolso Mimi. Cuadrado pero discreto, el bolso Mimi fue diseñado para ser duradero, encarnando el espíritu sin pretensiones de Ami.
Las corbatas continuaron su tranquilo regreso, añadiendo un toque de elegancia a la colección. El compromiso de Mattiussi con la honestidad se extendió más allá del diseño: su tienda electrónica ahora cuenta con una sección para piezas Ami de segunda mano, fomentando su redescubrimiento y reutilización, con arrugas y todo.
Desde que fundó Ami en 2011, Mattiussi siempre ha defendido la ropa para personas reales que viven vidas reales. “Estas personas son personas reales”, reiteró. “Corren a recoger a sus hijos, corren a una cita o se dirigen a casa después de una pequeña aventura. Es la realidad. Hay elegancia en ella, pero no es pretenciosa”.
Con esta colección, Mattiussi reafirmó su misión: ofrecer prendas elegantes, respetuosas y honestas que resuenen con la vida cotidiana, todo a un precio accesible. Ami demostró una vez más que la moda puede ser tanto arraigada como aspiracional, logrando un equilibrio entre practicidad y elegancia.