La colección Otoño-Invierno 2025-2026 de Jay Song tejió un tapiz de referencias históricas y culturales, mezclando la estética barroca del Oeste con las sensibilidades vanguardistas de Oriente. Inspirándose en los retratos de Diego Velázquez, el diseñador presentó una línea rica en texturas, proporciones y dramatismo, acertadamente llamada así por el cuello “picadill” que definió gran parte de la identidad visual de la colección.
El picadill, reinventado en cuero arrugado y reforzado con capas ocultas de aluminio, aportó una calidad escultural y almidonada a los diseños. Acompañado de puños a juego que se asomaban a través de las mangas, añadía una sensación de estatus histórico a la vez que estaba ligeramente descentrado, amplificando la teatralidad de la colección. Los sombreros arrugados enfatizaron aún más la sensación del período barroco, que contrastaba con las siluetas engañosamente minimalistas pero intrincadamente construidas.
“Queríamos mezclar la estética del barroco occidental con nuestra visión oriental, oriental y vanguardista”, explicó Song. Esta mezcla de épocas y culturas se extendió a las siluetas experimentales de la colección, con la adición de ropa de mujer que permitió a Song ampliar los límites. Los tops voluminosos y los pantalones estilo jodhpur con caderas exageradas yuxtapuestas con tobillos ceñidos creaban formas atrevidas, mientras que los tops ajustados combinados con faldas y pantalones anchos y fluidos destacaban un juego armonioso de proporciones.
El patchworking surgió como un tema central, ejecutado en paletas tono sobre tono de negro, gris y tabaco. Song combinó hasta siete telas diferentes (tweed, algodón encerado, terciopelo, satén y cuero) en diseños asimétricos, produciendo un efecto texturizado similar a una armadura que se sentía moderno y protector. La artesanía brilló especialmente en las prendas de abrigo, con piezas destacadas como abrigos gruesos con cinturón en lana bouclé y chaquetas de piel de oveja de gran tamaño que combinaban la practicidad con un estilo llamativo.
Añadiendo un toque personal, Song incorporó a la colección sus propias pinturas, inspiradas en las obras de Velázquez. Una sudadera que representaba a un cardenal presentaba la palabra “padre” estampada en negrita, tendiendo un puente entre lo histórico y lo contemporáneo y lo íntimo con lo universal.
La colección Otoño-Invierno 2025-2026 de Songzio demostró la maestría de Jay Song a la hora de fusionar la opulencia del pasado con la innovación del presente, creando una visión que era a la vez dramática y ponible.